Ya habia pasado una semana y Angela seguía castigada, solo salía de la casa para ir al jardín, o para acompañarlos algún lado.
Pedro estaba en su postura de padre y nadie le iba hacer cambiar de opinión, Paula trato de convencerlo de convencerlo varias veces de que le levante el castigo a Angela, pero sus intentos fueron inútiles
Mientras desayunaban…
Paula: Mi amor, ¿no te parece que ya le tendrías que levantar el castigo?
Pedro: hasta que no reconozca la macana que se mando no, se podría haber muerto, que agradezca por lo menos que la deje quedarse con el gato y la dejo usar la computadora.
Paula: Pero
Pedro: nada, y es mi última palabra
Por otro lado Angela se encontraba dibujando en su computadora, hasta que recibió una llamada de su abuela Ana por Skype
Ana: ¿cómo anda la nietita más linda?
Angela: Bien dibujando
Ana: te quería invitar a dar una vuelta junto con el abuelo Horacio, ¿queres?
Angela: Me gustaría Abu, pero estoy castigada hasta nuevo aviso.
Ana: seguro que fue mi hijo, ¿pero porque se enojo?
Angela: Porque quise bajar un gatito del techo, y cuando lo bajaba me caí, pero me atrapo mi papito antes de que me dé contra el suelo.
Ana: que suerte que no te paso nada, ¿pero por eso te reto?
Angela: si
Ana: ahora mismo lo llamo, para que te levante el castigo.
Angela: y te va a retar a vos tambien.
Ana: seria lo último que le faltaría, que me rete a mí que soy la madre.
Angela: bueno Abu, te quiero
Ana: yo más hermosa, chau
Angela: Chau.
Al rato tambien la llamo sus abuelos Alejandra y Miguel, para que vaya almorzar a su casa, pero no hubo caso y tambien le dijo que iba hablar con Pedro, pero personalmente.
Mientras tanto PyP, estaban abrazados en el sillón mirando una película hasta que estuviera listo el almuerzo
En ese momento sonó el teléfono de la casa…
Comunicación Telefónica:
Pedro: Hola ma, ¿cómo andas?
Ana: Mal ando
Pedro. Pero; ¿qué te paso?, ¿te sentís mal?, ¡no me asustes!
Ana: No es por salud, acabo de invitar a mi nieta a pasear, y me dijo que no por que vos la castigaste
Pedro: es verdad, ¿te dijo lo que hizo?
Ana: si que quizo bajar un gatito, que se cayó y no se lastimo
Pedro: Porque la atrape a tiempo, sino hoy estaría llevándole flores al cementerio
Ana: eso tambien me lo dijo, ¿hasta cuando la pensas tener castigada?
Pedro: Hasta que reconozca lo que hizo, y pida perdón
Ana: Pedro Alfonso, o le levantes el castigo
Pedro: ¿o qué?, mira mama en mi casa y la educación de mis hijas, nos ocupamos exclusivamente Paula y yo.
Ana: ¡Pero hijo!
Pedro: Pero nada, los de afuera son de palo, y no te enojes pero hasta que no reconozca lo que paso, Angela sigue castigada
Ana: Después hablamos, chau
Pedro: chau ma
Fin de la comunicación telefónica
Paula: ¿quién era?
Pedro: Mi mama, que hasta cuando va estar castigada Angela.
Paula: Lo mismo pienso, si seguimos así va estar castigada hasta que sea vieja.
Pedro: tampoco soy un ogro Pau,
Paula: ya lo se, sos el mejor papa, y el mejor marido del mundo y el hombre que amo
Pedro: yo tambien te amo (beso)
En ese momento tocaron el timbre...
Paula fue abrir y era Don Chaves, que tambien venía a ver a Pedro.
Paula: hola papi,
Miguel: hola amor, venía a ver a tu marido
Paula: ¿a Pedro?, ¿y por qué?
Miguel: porque la castigo a mi nietita consentida.
Paula: Viejo, no te podes meter en la educación, que les damos a nuestras hijas,
En ese momento apareció Pedro….
Pedro: hola Miguel, ¿que cuenta?
Miguel: yo muy bien, pero vengo a exigirte que le levantes el castigo a mi nieta
Paula: Papa, te dije que no te metas en nuestros asuntos
Pedro: eso mismo el problema no fue solo la macana que se mando, es que no acepto su castigo, y me enfrento y ante todo soy el padre y tiene que tener un poco de respeto.
Miguel: en eso tenes razón, pero que yo sepa vos hace unos años tambien te subiste a una escalera, para ver a mi hija
Pedro: me acuerdo que ese día casi me mato, porque usted me saco la escalera
Miguel: no te paso nada, sino no estarías acá
Mientras Ana y Horacio, hablaban en su casa…
Ana: no hay caso, cuando Pedro se encapricha con algo, no se lo puede hacer cambiar de opinión:
Horacio: Ana, ellos son sud pres nosotros sus abuelos, no nos podemos meter en la educación que le dan a sus hijas.
Ana: ya lo sé, espero que se le pase
Por otro lado en la casa de PyP, Miguel se quedo hablando un rato con ellos sobre Angela, pero no tuvo suerte.
Pedro seguía en su postura y nada lo iba hacer cambiar, mientas que ellos hablaban Angela miraba los dibujitos en su cuarto, esperando que su papa le levante el castigo.
Más tarde Miguel se fue y PyP se quedaron hablando.
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