Paso un pasaron 2 meses Paula ya estaba de 8 meses y medio y Zaira de 4 meses.
Ese día Paula y Pedro tenían que ir al control con el médico de Paula.
Pedro hizo el desayuno y se lo llevo a Paula
Pedro: ¡buen día amor! (mientras le daba besos en el cuello)
Paula: hola hermoso, que lindo despertarse así.
Pedro: bueno desayunemos que tenemos que ir al médico a ver cómo anda, nuestra princesa
Paula: ¡si te escucha tu princesa Angela te mata!,
Pedro: Ella sabe que yo la amo, y que siempre va a ser mi princesa.
P y P se dirigieron al médico cuando llegaron el médico la hizo acostar en la camilla
Medico: bueno Paula, el pulso está bien, el peso todo bien, te diría que en 2 semanas ya nace,
Pedro: que bueno, ¿alguna recomendación?
Medico: si, que descanse hasta el día del parto.
Paula: pero yo tengo que atender los casos.
Pedro: de eso me encargo yo vos, descansa…
Mientras tanto Angela que estaba al cuidado de Florencia…
Angela: ¡tía me aburro!
Flor: ¿queres pintar algún dibujo?,
Angela: ¡no!
Flor: ¿a que queres jugar?
Angela: ¡A los indios!
Flor: jajá,
Angela: Dale tía yo te ato
Flor: bueno, todo sea por entretenerte, un rato…
Angela: ¡Siiii!,
Angela se fue a buscar su traje de india, la ato a flor en un árbol del jardín, caminaba como los indios y cantaba
En un momento Angela, empezo a hacer fuego como los indios.
Flor: ¿qué hiciste Angela?, ¡apaga ese fuego!,
Angela: ¡no pasa nada tía!, ahí traigo agua...
Flor si hermosa, ¡abrí esa canilla!
Angela: tía, no anda la canilla
Flor: ¡socorroooooooooooooooooo!
En sé momento entraban P y P, abrazados, cuando vieron el fuego, Pedro agarro un balde y apago el fuego.
Pedro: ¡todas ya a la casa!
Paula, Flor y Angela, caminaron en silencio hacia la casa y las tres se sentaron en el sillón.
Pedro: ¿me querían incendiar la casa?
Flor: ¡Pedro no seas exagerado!, la nena quería jugar a los indios
Angela: ¡si papito!, no sabes cómo nos divertimos,
Pedro: ¡mira qué bien!, te volviste loca mira si se quemaba la casa, 4 años tenes y jugas con fuego, no tenes juegos, muñecas
Angela: si pero estaba aburrida quería jugar otra cosa.
Pedro: ¿la escuchaste, Paula?
Paula: Bueno, Pedro, ¡no grites!
Pedro: ¡Flor a tu casa!, y vos estas castigada, hasta nuevo aviso
Angela: ¡no es justo!
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