Paula: ¿Y? ¿Alguna novedad para comentarme? -tomaste un sorbo de café- Pedro: Sí, llamaron de varios celulares, acá tenés los números -te alcanzo un papel- algunos te conocían deje eso para vos -rió- y además pidieron para un divorcio hoy a las tres de la tarde, ¿quién va?
Paula: ¿Queres ir vos?
Pedro: Estaría bueno que me muestres como manejar todo primero, ¿no?
Paula: -reíste- Ya manejabas tu empresa.
Pedro: Vamos juntos-
Paula: Si queres vamos juntos.
Pedro: Dale -sonrió- entonces a las tres, tipo dos y media salimos con mi auto.
Paula: Dale, ¿algo más?
Pedro: No nada más, ¡Ah! Me olvidaba, esta hermosa hoy.
Paula: -sonreíste- Gracias y basta de halagos -tomaste café mirándolo-
Pedro: Te encanta que te diga así aunque te hagas la dura -comió un pedazo de medialuna-
Paula: a vos te encanta molestarme ¿no?
Pedro: Me encanta.
Zaira entró a la empresa y Natalia sonrió, ya se sentía sola ahí. Saludó a la rubia y dejo sus cosas sobre su escritorio sentándose en la silla. Prendió la computadora y se frotó suavemente los ojos. Estaba cansada.
Natalia: ¿No dormimos anoche? -rió
Zaira: Si, pero parece que no lo suficiente -riendo- ¿mi hermano?
Natalia: Adentro.
Zaira: ¿Paula?
Natalia: Con él.
Zaira: Ciento que un día de estos vamos a entrar y no vamos a encontrarnos en una linda situación. -riendo-
Natalia: -rió- Conozco a Pau no mezcla trabajo con lo personal.
Zaira: ¿vos Decis que no le pasa con mi hermano?
Natalia: Dije que en el trabajo, no con los del trabajo, es diferente. -ambas rieron- con tu hermano le pasa todo.
Zaira: No es novedad, se nota a simple vista. Igual, son lindos juntos, ¿o no?
Natalia: Si aparte es una buena chica, la conozco por eso te lo digo. ¿Y vos?
Zaira: ¿Yo? ¿Yo qué? -rió-
Natalia: Tus hombres.
Zaira: Por ahora, libre. -rió.
De repente un morocho de pelo castaño, entro a la oficina. Tenía una facha tremenda. Estaba vestido con un traje negro, saco y pantalón, una camisa blanca con algunos botones desabrochados y unos anteojos negros que no dejaban ver sus ojos. Era sobre todo alto. Era algo cachetón, no tan exagerado, y tenía un poco de barba que lo hacía más lindo. Tenía ojos celestes muy claros casi blancos que llamo la atención de las dos chicas allí presentes. El chico se paso la mano por el pelo acomodándoselo y se saco los anteojos con más facha que antes. Vos y Pedro salieron de la oficina y al verlo sonreíste tirándote sobre él. Sí era Bruno.
Paula: ¡Clarito! (Así lo llamaba Paula por sus ojos obviamente) Te extrañaba.
Bruno: Yo también Pocha -sin sacarle los ojos de encima a la morocha- Veo que tenes nuevas incorporaciones.
Zaira: -sonrió y estiró su mano- Zaira.
Bruno: Bruno.
Pedro: Se conocen -bufó
Bruno: Conocernos más de una vez es más divertido
Pedro: Que chamuyero es Dios -negó
Paula: ya vengo -reíste y al pasar por al lado le rozaste la mano.
Pedro: -dándose media vuelta te siguió- ¿Cuanto más me vas a hacer esto?
Paula: ¿Eh? ¿Que hice ahora morocho?
Pedro: -mordiéndose el labio- Encima me Decis morocho, ¿porqué me tocaste la mano?
Paula: no era una seña de que tenías que venir eh, porqué tomas todo a mal -riendo
Pedro: Pero podrías hacer como que era una seña y tirarme unas maderitas, digo para empezar a prender la fogata.
Paula: Las maderitas, tronquitos y demás los tenés que conseguir vos solito -sonreíste y volviste con los demás-
Pedro: -te siguió-
Bruno: pasaba un rato nada más Pocha, además parece que salían
Paula: Tengo que cubrir un divorcio -revoleé los ojos-
Bruno: Que lindo -rió-
Pedro: Hermoso -rió abrazando a su amigo-
Bruno: -abrazándolo- que lindo estas papú
Pedro: viste, y todavía me sigue dando vueltas.
Bruno: -te miró y empezó a reírse exageradamente como siempre- ¿Qué? ¿Esta?, ¿y qué esperas?, ¡es mas vueltera que una calesita con motor!
Paula: ¡BRUNO! No soy vueltera.
Bruno: Tenés razón, -miró a Pedro- es histérica.
Paula: -lo miraste mal y miraste a Peter- Vamos Pedro, vamos a llegar tarde.
Pedro: Y se la agarra conmigo encima -revoleó los ojos y luego de saludar a los demás salieron-
No hay comentarios:
Publicar un comentario