sábado, 24 de diciembre de 2011

Capítulo 30 ♥: " Volverte a Enamorar "

Fuimos a la pieza de él y me dio una remera larga de él. La agarré y me saqué la remera. Pedro se me quedó mirando boquiabierto poniendo como excusa que no tenía derecho a vestirme así adelante de él. No tardamos en cambiarnos y yo me tiré en su cama. Pedro decidió bajar para pedir pizzas y así pasar la noche mirando un par de películas antes de dormir.
Me quedé mirando toda su pieza y le revise un cajón. Soy chusma, sí. Encontré un álbum de fotos y me lo quedé mirando. Era de la familia de Pedro, pero parecían actuales, porque él no estaba muy cambiado. Puse varios álbumes en la cama y comencé a verlos con paciencia mientras la tele seguía prendida. Seguí viendo fotos, fotos y más fotos. Eran muy tiernos él y sus hermanos, quería suponer que eran sus hermanos, con sus papás- Agarré el último álbum de los que estaban sobre la cama y había fotos de él pero esta vez, de bebé. Algo que me diera más ternura, no existía. Seguí pasando fotos y a medida que iba pasando las fotos Pedro crecía y crecía, su cara, sus rasgos, llegué a una foto en la cual tendría alrededor de nueve o diez años y no reaccioné. Pase otra foto y ahí estaba. Esa foto que había visto miles de veces en el cuarto de mi mamá, esa foto que amaba tanto y que había perdido. Esa foto de ese día en la plaza abrazados en el arenero, no podía ser, no podía ser él. Pedro entró a la pieza avisándome sobre las pizzas y al verme con las fotos, se tiró sobre la cama y me saco el álbum.
Pedro: ¿Que haces?
Paula: Había encontrado esas fotos.
Pedro: Me hubieras avisado, no me saques las cosas así -sin mirarme a la cara-
Paula: ¿Quién sos que tenés fotos conmigo?
Pedro: levantó la vista por primera vez desde que se lanzó a sacarme las fotos- no es momento de explicaciones ahora Pau.
Paula: ¿no es momento de explicaciones, de que hablas Peter?
Pedro: Pau es lo mejor.
Paula: ¿Que es lo mejor Pedro?, ¿Vos, Vos sos él? -lo miré- ¡contéstame Pedro!, ¿vos sos él? ¿Por qué no me acuerdo de vos?
Pedro: Linda va a ser mejor que hablemos mas tarde de esto, o mañana.
Paralizada quedé. Quieta todas las dudas me surgían. No me había curado, me habían mentido. Todo este tiempo me habían mentido. Por eso otra vez volvían los dolores de cabeza. Lo miré y mis ojos llenos de lágrimas llamaban a su abrazo- Me tomó en brazos y me acarició lentamente la cabeza. Sabía todo, el sabía todo.
Pedro: Mi amor, para.
Paula: Vos -miré la foto- vos sos.
Pedro: -me acariciaba la cabeza- Shhh, cálmate.
Paula: ¿Vos sabes todo? -levantándome y mirándolo con los ojos llenos de lágrimas-
Pedro: -asintió con la cabeza mirándome- Todo.
Paula: Pensé que esto se había terminado, pero no entiendo y vos. ¿Como sabes todo? ¿Mis papás te dijeron no?
Pedro: -negó con la cabeza sin mirarme- No ellos no.
Paula: ¿Y, quién?
Pedro: Yo ya lo sabía linda.
Paula: ¿Como que lo sabías?
Pedro: ¿vos sabes que te pasa, no?
Paula: Sí, sé que me pasa.
Pedro: Vos no te acordas lo que pasaba en tú vida antes del accidente.
Paula: No, nada.
Pedro: Estábamos juntos -con lágrimas en los ojos- siempre estuvimos juntos.
Paula: ¿Cómo? -las lágrimas cayeron más seguidas ahora por sobre mis mejillas-
Me abrazó más fuerte que antes pero ya no había nada que me haga parar de llorar. Seguía con esa amnesia que me había cagado la vida. Mi vida, la vida que todavía no recordaba, la vida que me habían sacado. La vida que no estaba, la vida de la adolescente feliz que se ve que tenía novio y era feliz. Ahora sin recordar absolutamente nada, estoy abrazada frente a él, mi novio actual, mi novio de los diez años, mi novio de toda la vida, al que siento como un desconocido y a la vez como al gran amor de mi vida. Lo abrasé todavía llorando.
Pedro: Mi amor, voy a estar acá siempre, ¿sabes? Siempre -acariciándome la cabeza- y sabes que no me interesa cuando, como y cuanto falta para que vuelvas a ser la Paula de la que me enamoré, ¿sabes por qué? Porqué te amo, y para mi seas la Paula que seas siempre me vas a enamorar, ¿si? Me costó volverte a enamorar -rió intentándome hacerme reír- te lo prometo que vamos a hacer hasta lo imposible para que vuelvas a ser vos, ¿si? te lo prometo -dándome un tierno beso en la frente-
Paula: ¿Como estás tan seguro?
Pedro: Porqué muy pero muy en el fondo, sé que la Paula que tiene los recuerdos más lindos de nosotros está y que no me va a fallar ahora que sabe que tiene que volver -me miró con ternura- ¿o miento?, ¿No queres volver a ser vos?
Paula: -asentí- ya no sé quién era yo.
Pedro: vos eras la personita más magnífica, única y perfecta del mundo. Vamos a hacer los estudios, te prometo que todo va a salir más que bien, ¿sí? Solo prométeme que no vas a dejar de lucharla.
Paula: Por vos -con los ojos mojados-
Pedro: No, por vos. -volviéndote a besar, te seco las lágrimas- hacelo por vos.
Paula: ¿Por mí? -soltándome de él y levantándome- ¿Me estas jodiendo Pedro?, ¿Por mi? Me mintieron, todo este tiempo me dijeron que estaba todo bien que había terminado todo el problema y ¿qué?, Sigo siendo la misma cerrada de siempre, ¡no me doy cuenta de nada!
Pedro: No es así bebé, no sabes quién sos.
Paula: ¡Por eso mismo Pedro! No sé quién soy, donde estoy, a donde voy, que pienso hacer de mi vida, no sé quién fui.
Pedro: Mi amor -me tomó de la cara intentándome calmar- ¿podes parar? necesito que vos creas en vos para ayudarte a recordar.
Paula: Nunca voy a volver a ser yo.
Pedro: Bueno, si sos así de negativa no vas a acordarte de nada.
Paula: ¡Peter tomo las pastillas de mierda al pedo! Durante -me quedé callada- ¿hace cuanto tengo esto?
Pedro: -agachó la cabeza- casi un año y medio.
Agarre la cartera y la revoleé sentándome en la cama y tomándome la cara llorando. Sentí que él se sentó al lado mío y su mano acarició suavemente mi espalda en forma de calmarme. Seguí llorando. Me perdí parte de mi vida por no recordar quién soy, ¿tan difícil era decirme que no recordé nunca nada? ¿Por qué seguir mintiéndome en la cara? ¿Cuánto tiempo más iban a seguir escondiéndomelo si yo no me daba cuenta? Me habían fallado todos, mis papás, mis amigos, Matías, Natalia, Todos.
No podía juzgarlo a él, si para mí recién lo conocía, cuando en realidad él es, él es el amor de mi vida. Me sentí caer en un vacío inmenso. Mi familia me había fallado. Otra vez. Sentí como si la vida que creía haber recuperado se iba de mis manos otra vez. Otra vez delante de mis ojos se escapaba ¿y yo? Yo no podía frenarla. Tenía miedo a levantar la vista, ya no sabía en quién confiar, quién me mentía, quién no, quién me amaba y quién no. No sabía si mi mundo era real, no sabía cuál era mi vida, no sabía, no sabía si la historia, MI historia era real. Solo sabía una cosa, él no me mentía. Solo era eso de lo que tenía gran seguridad. Él estaba de mi lado. Él me iba a ayudar. Él me amaba de verdad.
Levanté la vista y lo miré. Solo me abrasó. Y así hizo que me acostara y me durmiera sin dejar de acariciarme el pelo. Cerré lentamente los ojos quiénes todavía estaban llenos de lágrimas que no habían llegado a caer. Me dormí y al cabo de un rato él también lo hizo.

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