sábado, 24 de diciembre de 2011

Capitulo 17 ♥

Pedro: Es histérica.
Paula: Muy.
Pedro: Igual quédate tranquila que a vos, nadie pero nadie te gana.
Paula: Te encanta hacerme enojar.
Pedro: Me encantas vos -te besó al frenar en un semáforo y volvió a arrancar para ir a tu casa-
Paula: entonces, vamos para casa?
Pedro: Ya te dije que vamos a donde vos quieras, ¿queres ir a un restaurant? -te miró
Paula: Mm no sé, sorpréndeme.
Pedro: No me des ideas. -rió
Paula: Sorpréndeme Decentemente -levantaste una ceja-
Pedro: Bueno, como digas princesa. Te vas a tener que cambiar, estas como... mojada.
Paula: Uy es verdad, vos también -reíste-
Pedro: Vamos a tu casa y listo.
Asentiste riendo y siguieron camino a tu casa. No tardaron en llegar, tampoco estaban muy lejos. Ambos bajaron, y cerraron las puertas del auto bajo la lluvia. Buscaste la llave lo más rápido que pudiste, aunque no lo suficientemente rápido para que no queden totalmente empapados. Ambos, totalmente mojados abajo de la lluvia reían y vos no podías encontrar tu llave. Te tomó de la cara y te besó tiernamente. Le encantaba lo romántico. A vos también. Encontraste la llave intentándote despegar de él, no te dejo. Con la llave en la mano intentaste abrir la puerta, estaba oscuro y el te besaba era imposible entrar. Lograste colocar la llave en la cerradura y abriste entrando todavía a los besos con él. Pateó la puerta para cerrarla y te besó llevándote hacia el teniéndote de la cintura. Lo besaste enredando tus brazos en su cuello y el te apoyó contra el sillón.
Sonreíste y le diste un pequeño beso en el cachete.
Paula: Tengo que cambiarme.
Pedro: Vamos -sonrió
Paula: Sola Peter, no te pases
Pedro: ¿pasarme? Yo tengo que cocinar señorita.
Paula: me parece genial, entonces espérame -subiste corriendo las escaleras-
Pedro: -subió detrás tuyo y te tomó de la cintura- si te vas mucho tiempo te voy a extrañar.
Paula: ¡PETER! -reíste- no tardo baja dale
Pedro: Necesito un beso para irme feliz y contento.
Paula: -reíste y tomándolo de la cara lo besaste- Anda dale.
Peter bajó a cocinar y vos te cambiaste poniéndote lo primero que encontraste. Te pusiste una remera blanca y un jean con zapatillas. Bajaste y lo viste mirando la heladera. Sonreíste y te miró también sonriendo.
Paula: Ya abrís la heladera como si vivirías acá -reíste acercándote a él-
Pedro: -se paró frente a vos y te tomó por la cintura- Estoy practicando para cuando me venga a vivir con vos.
Paula: ¿Ah sí? -reíste- ¿tanta confianza te tenes?
Pedro: Muchísima.
Paula: Tene cuidado de que no se te caiga de golpe.
Pedro: Si vos no me la tiras.
Paula: -lo miraste y se empezaron a reír- Déjalo ahí.
Pedro: Que mente sucia -te besó- ¿pedimos pizza?
Paula: ¿no era que me ibas a hacer de comer?
Pedro: Em, si pero cambié de opinión, ¿comemos pizza mirando una peli que te parece?
Paula: Me parece genial, pero por lo menos llama vos a la pizzería -reíste y te tiraste en el sillón-
Pedro: -llamó a la pizzería y luego de unos minutos se acercó a vos- En 15 minutos vienen.
Paula: En 15? -revoleaste los ojos- tengo hambre.
Pedro: Me tenés a mi -sonrió- ¿me haces un lugarcito?
Paula: Dale veni -se acostó al lado tuyo-
Comenzaste a hacer zapping, no encontraban nada para ver y tenían hambre. Apenas sonó el timbre Pedro se levantó para ir a pagar las pizzas. Seguiste pasando los canales hasta que viste que estaba por empezar una película que te encantaba. Nico te miró entrando al living y dejó la pizza agarrando un cuchillo que estaba sobre la mesita del living para cortarla. Lo miraste y te sentaste en el sillón para servir coca para ambos.
Pedro: ¿que peli dejaste princesa?
Paula: Deja de decirme princesa porque no controlo mis actos -reíste- El diario de noah, ¿la viste?
Pedro: Mm, me suena. ¿De qué es?
Paula: La miramos y te fijas -reíste- yo la amo es mi película preferida lejos.
Pedro: ¿te gustan las historias románticas?
Paula: Si, me encantan. -y te metiste un pedazo de pizza en la boca- Hace frío ¿no?
Pedro: -agarraste una frazada de atrás tuyo- ¿la queres?
Paula: Dale -y te levantaste para taparla por la espalda.
La película empezó cuando ustedes habían terminado de comer. Se acostó en el sillón y vos te acostaste sobre él tapándolo a él y tapándote vos con la frazada. Apoyaste la cabeza sobre su pecho y así toda la noche miraron la película, mientras él suavemente te tocaba el pelo y te tenia de la mano.

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